Cuando observas un árbol en medio de una tormenta, ves que la punta es muy inestable y vulnerable.
El viento puede romper las ramas más pequeñas en cualquier momento.
Pero cuando observas el tronco del árbol, te da una sensación completamente distinta.
Ves que el árbol es muy sólido y no se mueve, y sabes que es capaz de soportar la tormenta.
Nosotros también somos como un árbol. Nuestra cabeza es la copa del árbol durante la tempestad de una emoción fuerte, de modo que hemos de centrar la atención al nivel de nuestro ombligo.
Después empezamos a practicar la respiración consciente. Nos concentramos sólo en la respiración y en cómo el estomago sube y baja. Es una práctica muy importante porque nos ayuda a ver que aunque una emoción sea muy fuerte, solo permanecer un determinado tiempo, y después se irá; no durará siempre.
Si aprendes a practicar de esta forma en tiempos difíciles, sobrevivirás a estas tempestades.
Has de saber que tus emociones no son más que emociones.
Surgen, se quedan por algún tiempo y luego se van.
Por qué habría de morir alguien por culpa de una emoción?
Tú eres algo más que tus emociones; y es importante recordarlo.
Tich Nhat
Fuente: 17-01-22 Félix Samaniego Matos Thich Nhat Hanh en Español.