Uno de los asuntos que ocupa a la mayoría de la personas es llevar una vida feliz.
Para ello, es muy importante observar lo que pensamos, ya que de esta manera podremos dirigir nuestra atención hacia lo que queramos.
Al principio, esto nos puede resultar algo muy difícil, puesto que si estamos pasando por una situación complicada, no va a ser sencillo pensar en cosas agradables. Pero como todo, si se practica y se trabaja en ello, se puede conseguir.
Antes de empezar a trabajar, es recomendable revisar las siguientes cuatro áreas básicas de nuestras vidas:
- La salud: aunque pueda parecer algo muy básico, lo habitual es que si no tenemos un problema importante, no solemos prestarle atención. Por ello animo a cuidar y amar nuestro cuerpo.
- El dinero: es un asunto que incomoda a muchas personas, unos creen que es algo malo, otros que no tiene importancia real,… pero lo cierto es que si no disponemos de él, nos preocupamos. Sugiero aceptarlo y amarlo.
- Las relaciones: compartir momentos con otras personas y cuidar las relaciones es una de las cosas que más felicidad aporta.
- Nuestro objetivo o sentido de la vida: encontrar esta motivación, descubrir cuál es el objetivo, qué queremos hacer, es algo que puede resultarnos complicado. Aunque todo el mundo siente la necesidad de encontrar el suyo, este puede ser tan diverso como evolucionar espiritualmente o pasarlo bien.
Si tenemos éstas áreas cubiertas, nos va a resultar más sencillo pensar de forma constructiva.
Si no las tenemos, podemos poner nuestra atención y nuestra energía en mejorar el área que consideremos que está peor, es decir, si no gozamos de salud, nos enfocaremos en nuestro cuerpo, observando qué nos duele, cuándo nos duele, estudiando cómo tratarlo.
Vamos a observar qué es lo que nos falta, pero no para enfocarnos en ello, sino para centrar nuestra atención en agradecer primero lo que tenemos, y después ir a por lo que queremos y nos hace feliz.
¡Os animo a practicar!